2007/02/26

Dos fábulas de Esopo

El perro y la almeja
Un perro acostumbrado a comer huevos, al ver una almeja, no lo pensó dos veces, y creyéndola un huevo, se la tragó inmediatamente. Desgarradas luego sus entrañas, se sintió muy mal y se dijo:

-- Bien merecido lo tengo, por creer que todo lo redondo son huevos.

Nunca tomes un asunto sin reflexionar, para no entrar luego en extrañas dificultades.


El perro y la liebre
Un perro de caza atrapó a una liebre, y a ratos la mordía y a ratos le lamía el hocico. Cansada la liebre de esa actitud le dijo:

-- ¡ Deja de morderme o de besarme, para saber yo si eres mi amigo o eres mi enemigo !

Sé siempre consistente en tus principios.

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