2007/11/07

los 4 mas...

Tengo tantas cosas que escribir que de repente, me cortan la inspiración aquí en el trabajo, o sea, ¿no se dan cuenta que estoy bloggeando?, creo que no, y si se los digo me va peor, además de repente la inspiración viene y de repente me acuerdo de otras cosas borro unas y agrego otras, por lo que decidí escribir sobre 4 temas nada más

1. hoy se ponchó una llanta mientras venía al trabajo. En ese momento venía cotorreando con mi hermana en el teléfono y le digo: ¡ayy se ponchó una llanta! (sonido de fondo: ploc, ploc ploc, así suenan las llantas ponchadas cuando circulas) la muy zoqueta me pregunta, ¿y tienes asistencia vial?
-¿Para qué?
– pues para que te cambien la llanta
- no manches, puedo cambiarla yo!
- ay es que nunca he visto que cambies una
- pues no es la primera vez que me pasa y lo haré yo

2. a pesar de que me cae muy bien Toño, el chofer, odio que cuando viene a pedirme un vale, o viene a cualquier cosa conmigo, se acomode los huesos, se cachetee como para despertarse, tosa, haga cualquier “movimiento” que denote enfermedad. Usted querido lector se preguntará, ¿porqué lo odia? Si toñito es un pan de Dios. Pues la respuesta querido lector es que ni es tan pan de Dios, y eso lo hace siempre que viene a verme, ¡No! No te voy a regresar a tu casa ni te voy a dar el día.

3. trabajar bajo presión no significa ‘te pido algo, me lo das al instante’. Para poder entregar las cosas, sea lo que sea, necesitas preparar, sacar, hacer algo con la información, después vaciarla en un formato o algo entendible y por último entregarlo. Y todo eso, te apuesto que NADIE, absolutamente NADIE, lo hace en 1 minuto.

4. Los billetes plásticos de $ 50 y $ 20 me gustan en diseño, pero odio la textura, ¡Demonios! Al ratito en lugar de decir ‘banco de méxico’ dirán ‘banco de la alegría’ en la sobremesa de la oficina platicábamos que otra medida de seguridad ante esos billetes es que puedes doblarlos y los desgraciados NO recuperan su forma original, en fin...

¡Abrazos gratis!

1 comentario:

Kensou Panda dijo...

cambiar una llanta es una ciencia, la verdad es que tienes 2 opciones, esperar horas y horas comodamente en tu coche a que venga la asistencia, o rapidamente ponerte a ensuciarte y sudar cambiando la llanta.
A mi me encanta, por que desde 2 dias antes veo como un compañero va a pedir permiso, su "enfermedad" cuando viene el jefe al depto va en crecendo, esa habilidad histrionica es muy buena, menos cuando no se da cuenta que el jefe se da cuenta que finje...
Si que digan "banco de la alegria" a ver si por lo menos se llena de color es mundo que aveces es tan gris!!!