El perro y la almeja
Un perro acostumbrado a comer huevos, al ver una almeja, no lo pensó dos veces, y creyéndola un huevo, se la tragó inmediatamente. Desgarradas luego sus entrañas, se sintió muy mal y se dijo:
-- Bien merecido lo tengo, por creer que todo lo redondo son huevos.
Nunca tomes un asunto sin reflexionar, para no entrar luego en extrañas dificultades.
El perro y la liebre
Un perro de caza atrapó a una liebre, y a ratos la mordía y a ratos le lamía el hocico. Cansada la liebre de esa actitud le dijo:
-- ¡ Deja de morderme o de besarme, para saber yo si eres mi amigo o eres mi enemigo !
Sé siempre consistente en tus principios.
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