Crónicas y paranoias de un capitalino en tiempos de gripe porcina
¡es inevitable! cada que escucho toser, o estornudar a alguien; viene a mi cabeza una imágen como si fuera de la inquisición, donde volteamos a ver a el(la) sujeto(a) en cuestión y lo señalamos todos con el índice queriendo decir "¡culpable!, ¡culpable!"
ayer, (y lo digo con pena) estornudó una de mis asistentes, mi subconsciente me traiciona y de viva voz y de mi ronco pecho girté
- aaahhhh, trae la peste!!!
(se hizo un silencio) (mi cabeaza aún pensaba más y quería girtar: ¡quemenla! ¡quémenla!)(el silencio contnuó un segundo más)
siguió una risa...
quizás no se deban hacer bromas de este tipo en estos tiempos...
¡es inevitable! cada que escucho toser, o estornudar a alguien; viene a mi cabeza una imágen como si fuera de la inquisición, donde volteamos a ver a el(la) sujeto(a) en cuestión y lo señalamos todos con el índice queriendo decir "¡culpable!, ¡culpable!"
ayer, (y lo digo con pena) estornudó una de mis asistentes, mi subconsciente me traiciona y de viva voz y de mi ronco pecho girté
- aaahhhh, trae la peste!!!
(se hizo un silencio) (mi cabeaza aún pensaba más y quería girtar: ¡quemenla! ¡quémenla!)(el silencio contnuó un segundo más)
siguió una risa...
quizás no se deban hacer bromas de este tipo en estos tiempos...